Primer día en Esquel

El día 6 de enero, primer día de estancia en Esquel lo dedicamos a visitar la Hoya situada a unos 12 kms. de Esquel.

La Hoya

Es una estación de esquí que está situada a sólo 12 kilómetros de Esquel,  en la provincia de Chubut,  cuenta con 24 pistas y con casi 20 kilómetros de pistas preparadas para practicar este deporte. En La Hoya la nieve en polvo marca la diferencia con otros centros de esquí y permite aquí realizar esquí alpino,  de fondo y snowboard.

La forma que naturalmente tiene este lugar,  la de una olla,  no permite que el sol derrita tempránamente la nieve,  gracias a ello la temporada se extiende hasta prácticamente el mes de octubre,  cuando es posible practicar el esquí en manga corta. Durante el verano austral aún se mantiene la nieve en las cotas más altas.

La estación de esquí dispone de dos confiterías (La Piedra,  en la cota 1600,  y Del Refugio,  en la cota 1800),  un hotel en la base del cerro,  una hostería con restaurante,  alquiler de equipos de esquí,  guardería y una escuela de esquí.

Durante el verano merece la pena desplazarse hasta la Hoya y subir desde la cota 1600 hasta el refugio por una senda o utilizando el telesilla,  para admirar las vistas que se ofrecen al visitante desde las cimas de este cerro,  subiendo los 300 metros restantes por un sendero.

Durante la subida a la Hoya se pueden encontrar,  a mitad de la senda de montaña,  con Guanacos en libertad pastando en las laderas,  un poco más arriba,  llegando a la Curva de los Guanacos existe un pequeño sendero donde detenerse a cebar un mate  y disfrutar de las vistas,  de la vegetación,  del sonido de las aves y el murmullo de un arroyo de aguas cristalinas,  antes de continuar por la senda que  lleva,  primero hasta el filo y luego hasta la cumbre del Cerro 21. Desde arriba seguramente se tengan las mejores vistas de la ciudad de Esquel.

En el camino de la Hoya,  a la entrada de la ciudad,  nos cruzamos con las vías del tren más famoso dela Patagonia,  «La Trochita»,  que continua funcionando como tren turístico haciendo la línea desde la estación de Esquel a la de Nahuel Pan. Un tren que hoy constituye un verdadero museo andante,  ya que su estructura y las vías sobre las que circula son una reliquia. Pero no sólo la máquina en sí es atractiva,  lo que le destaca sobre otros trenes del mundo y su valor añadido es el paisaje por el que transcurre.  Un convoy arrastrado por locomotora con vagones de diminutas dimensiones y su particular trocha (ancho de vía) angosta lo convierten en uno de los pocos que sobreviven al paso del tiempo. En invierno,  cuando la nieve pinta el paisaje en movimiento del tren,  los propios pasajeros pueden echar leños a la salamandra del vagón,  y así calentarse durante el recorrido.

Fotos de La Hoya

 

 

Tras la Trochita llegamos de nuevo a Esquel con la intención de recibir un nuevo baño de cultura argentina y no me refiero ni a un curso de tango ni a practicar el deporte nacional sino a un curso de lo que los argentinos se sienten más orgullosos ¡el asado!

No voy a hacer comentarios sobre ese asado ya que mis conocimientos  del idioma no me permitirían hacer justicia a lo que fue, sólo me limitaré a decir que mi participación en la vigilancia durante su lenta elaboración sobre rescoldos de leña fue decisiva para evitar que un desaprensivo gato diera al traste con lo que después fue una fiesta que no pudo tener mejor final que unos bombones de chocolate belga traídos desde Bruselas y con los que muy a su pesar nos obsequio Susana.

Después del preceptivo lavado de platos nos retiramos a dormir ya que el día siguiente iba a ser largo y necesitaríamos estar en forma.

7 a 10 de enero: Parque Nacional de los Alerces


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