A unos 25 kilómetros al sur de Sarmiento se encuentra una gran reserva de madera petrificada en estado natural que recibe el nombre de Bosque Petrificado José Ormachea.
En ningún otro lugar del planeta existe un área tan extensa con troncos petrificados, como en el Bosque de Sarmiento. Allí pueden admirarse no sólo restos de troncos de árboles, sino también de hojas, ramas, frutos y semillas.
Las mayores y mejores acumulaciones de madera mineralizada están vinculadas a la Patagonia, en especial se relacionan con la presencia constante, a través de las eras Mesozoica y Cenozoica, de ambientes propicios para el desarrollo de bosques y de una constante e intensa actividad volcánica que ha proporcionado la materia prima básica para la petrificación: el sílice.
Los afloramientos de estos extraordinarios troncos petrificados, el paisaje lunar contiguo y sus cerros circundantes de tonalidades variadas permiten observar los distintos estratos geográficos que hacen de este lugar un atractivo único y de visita obligada.
Hace 65.000.000 de años especies primitivas de la familia de las coníferas (aunque es posible ver restos de palmeras), nos permiten imaginar una región subecuatorial con abundantes bosques y lagunas habitada por numerosa y variada fauna, como muestran los importantes hallazgos paleontológicos logrados en el departamento de Sarmiento.
Al principio de la era terciaria comienza a elevarse la cordillera de los Andes lo que impide el paso de las corrientes de aire húmedo del Pacífico hacia el Atlántico.
Simultáneamente se producen erupciones volcánicas cuyas cenizas se esparcen comenzando así el lento proceso de transformación orgánica: absorción, impregnación, sustitución y transformación en piedra, gracias al sílice y las sales disueltas en el agua. Este proceso duró miles de años.
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